Sobre la búsqueda y más allá

13 junio 2009

La plasmación teórica de la información como mercancía universal (Claude Shannon) a mediados del siglo XX abrió el camino hacia la sociedad de la información industrializada. Dicho camino se recorrió a medida que se dispuso de tecnologías suficientemente desarrolladas (electrónica, software y comunicaciones). Con el tiempo, el consumo de información generó un gran mercado para potentes industrias de contenidos y contenedores.

Los ordenadores, internet y la web, en concreto, sentaron las bases de un mercado potencial para la búsqueda de información como negocio. Pero en realidad, en la práctica, dicho mercado sólo fue creado por Google. De hecho, «búsqueda de información» es un concepto reciente, que hasta hace unos pocos años no se manejaba apenas y hoy resulta algo cotidiano, omnipresente.

La industria de la búsqueda se ha desarrollado con rapidez inusitada, creando entre los consumidores nuevas necesidades y grandes expectativas. De hecho, ha transformado la psicología y la sociología del aprendizaje. La propia tecnología de la búsqueda alimenta la creciente exigencia de los usuarios en cuanto a sistemas de recuperación de información, generando insatisfacciones que son el caldo de cultivo para nuevas demandas de productos y servicios. Los consumidores de información se han vuelto insaciables, por así decirlo, y ello estimula la investigación y la innovación, para extender el negocio y captar la demanda.

Ya he escrito de estos temas antes, resumiendo un review de Science de 2007. Pero el número de marzo pasado del magazine Computer (IEEE Computer Society) contiene un apartado monográfico titulado Beyond search muy interesante y recomendable. Coordinado por Gary Marchionini y Ryen W. White, examina tendencias y avances en la tecnología de la búsqueda dirigidos a satisfacer las demandas de la clientela. Se repasan progresos recientes para desarrollar «sistemas de soporte de la búsqueda de información» que ayuden a los usuarios a encontrar, comprender, analizar y utilizar la información, dentro de un proceso holístico que va más allá de la mera recuperación:

  • Progresos sociales: servicios de búsqueda cooperativa o socialmente filtrada o cualificada, herramientas informáticas de colaboración explícita y búsqueda colectiva.
  • Progresos técnicos: herramientas que, más allá de las palabras clave, permitan la exploración flexible de contenidos mediante facetas, sistemas que faciliten la construcción de conocimiento a través de representación visual.

En todo caso, la industria de la búsqueda es una industria con futuro, Google lo supo ver bien. Porque, como he dicho, se alimenta o se retroalimenta a sí misma cultivando su propio mercado, modelando el comportamiento cognitivo de los individuos y las poblaciones. Y porque es una industria «abstracta»: es el meta-negocio de cómo satisfacer toda necesidad o avidez de los homosapiens, de todos nosotros, sempiternos anhelantes buscadores de «algo».


Evolución e información

5 junio 2009

A medida que la vida se ha ido complicando, los medios por los cuales la información se almacena y se transmite también han cambiado: nuevos métodos de codificación han hecho posible la existencia de organismos más complejos. (…) Pero si consideramos la vida a la mayor escala posible, desde las primeras moléculas replicantes, pasando por células simples y organismos pluricelulares, hasta llegar a las sociedades humanas, las formas de transmitir la información han cambiado. En última instancia, fueron estos cambios los que hicieron posible la evolución de la complejidad; a ellos nos referimos cuando hablamos de «transiciones principales» (…) empezando por el origen de la vida y terminando en el origen del lenguaje humano. (Pág. 16).

La analogía entre el código genético y el lenguaje humano es notable. (…) De manera que en ambos sistemas un pequeño conjunto de unidades puede especificar un número indefinidamente grande de resultados. (Pág. 261).

Hemos tratado el origen del lenguaje como la última de las transiciones principales. (…) El lenguaje fue, efectivamente, la última transición que requirió evolución biológica, en el sentido de cambio en el mensaje genético. Pero ha habido dos cambios principales en el modo de transmisión de la información desde el origen del lenguaje. El primero fue la invención de la escritura. Sin la escritura, o alguna manera equivalente de almacenar la información, la civilización a gran escala era imposible (…) La última transición, a la que estamos asistiendo en la actualidad, es el uso de medios electrónicos para almacenar y transmitir información. Pensamos que los efectos de todo ello serán tan profundos como los que tuvo el advenimiento del código genético o del lenguaje humano (…) (Pág. 262).