La ciencia en castellano

6 noviembre 2009

Hace pocos días, el Instituto Cervantes y la Fundación Santillana han publicado y presentado un libro titulado El español: lengua para la ciencia y la tecnología. Con él parece que pretenden eso mismo, promover la extensión del español como idioma para la ciencia y la tecnología, noble intento alrededor del cual articulan otras propuestas convergentes (nuevos y distintos índices de evaluación de las revistas científicas, etc.) Al respecto se me ocurren unos pocos comentarios.

Una lengua sirve para la comunicación entre un grupo de individuos. Aunque no todos estimarían esto evidente, es más fácil que un grupo de individuos se entiendan en una lengua común que usando varias.

Las comunidades científicas de alcance internacional o mundial, no regional o nacional, con miembros de muchos países, es lógico que acepten una misma lengua como medio para relacionarse con más facilidad. Una comunidad científica global y multilingüe no es nada probable, y menos en los apresurados tiempos que vivimos.

La lengua común de un grupo tenderá a ser la que conocen un mayor número de miembros, sobre todo si la utilizan intensa y activamente. En el caso de las comunidades científicas será la de aquellos subgrupos lingüísticos que más han publicado históricamente y en la actualidad, y que resultan más influyentes por cantidad y/o calidad.

La ciencia siempre ha usado una lingua franca diferente de las lenguas particulares: durante una larga época fue el latín; luego el francés; el alemán incluso durante un breve periodo tuvo cierta prevalencia; y por fin, después de la segunda guerra mundial, el inglés. La lingua franca, inevitablemente ha expresado el predominio o la supremacía intelectual de los científicos hablantes de esa lengua. Hoy el inglés predomina porque del mundo angloparlante proviene mayoritariamente la innovación y la creación científica y cultural.

Es legítimo desear que el español sea lengua de la ciencia, pero para ello creo que sólo valdría el camino largo y difícil de hacer la mayor y mejor ciencia internacional en castellano: conquistar la hegemonía de la ciencia, de modo que los demás aprendan español para comunicarse con los científicos hispanohablantes: la importancia del idioma va de la mano de la supremacía intelectual. Otras soluciones baratas me parecen con poco fundamento: esto no es una tarta que se reparta por trozos y la difusión cultural en la historia de los homosapiens, como el calor en termodinámica, fluye de los lugares con «más» a los lugares con «menos».

P.S.: Álvaro Cabezas también comenta este tema en su blog, desde un enfoque paralelo.


Modelos de edición científica

28 octubre 2009

A través de Research Information me entero de que SPARC (Scholarly Publishing and Academic Research Coalition) ha publicado una guía sobre modelos de negocio para sostener publicaciones científicas en acceso abierto, Income Models for Open Access, de la que es autor Raym Crow.

Aunque no he entrado en una lectura detallada del documento en cuestión, desde luego muy valioso y pormenorizado, a partir de  los menús de la página web indicada, el prefacio del texto y otros preliminares y apartados, me llama la atención lo siguiente:

  • SPARC propone muchos y está a la búsqueda de más sistemas de financiación de las publicaciones abiertas, lo que denota que el open access requiere diversificación y puede no ser trivial.
  • SPARC reconoce con rigor las dificultades«It remains to be seen whether the social and economic limitations of the current market –and models– for distributing research literature will lead to a comprehensive, systemic change in funding for scholarly and research, or to a multiplicity of new, alternative business models» (Heather Joseph, Exec. Director SPARC). 
  • Expresamente, el informe establece dos grandes tipos de modelos de financiación: basados en la oferta (los autores, en definitiva) y en la demanda (los lectores, en definitiva), lo que resulta llamativo, porque, si bien algunos de los primeros sistemas consisten en subvenciones y mecenazgo, los segundos (user-triggered fees y demás) no son tan distintos de los característicos de publicaciones lector-paga.
  • Todo el documento deja traslucir una sensación de pluralismo y de complejidad, de que las posibilidades realistas no son simples, generales y dicotómicas, sino especializadas, particulares y en una amplia escala de grises. Que puede haber modos de evolución gradual hacia sistemas más abiertos y no una solución universal.

Durante mucho tiempo he pensado que lo natural era que la información científica tendiese a ser cada vez más abierta, en virtud del principio de acceso y de la propensión intrínseca de la información a propagarse. Pero hoy creo que es posible que subsistan modelos económicos (como tecnológicos) diferentes y que sobrevivan zonas de contenidos de acceso mediante pago. Quizá sea sensato esperar para bastante tiempo un esquema de bipolaridad gradual: publicaciones «para autores» vs. «publicaciones para lectores», con una extensa gama de posiciones y posibilidades intermedias, en un acusado polimorfismo.


¿Artículos del futuro?

10 septiembre 2009

Los prototipos de Article of the Future, lanzados en julio pasado por Cell Press, un sello editorial del grupo Elsevier, constituyen una forma renovada de presentar los papers científicos en la web. El contenido de los artículos en versión html deja de ofrecerse como una larga columna de texto con imágenes intercaladas para organizarse mediante un sistema de pestañas. Se enriquece el componente gráfico del documento y se integra mejor el material suplementario, audiovisual, datos, etc. El artículo adopta un estilo más estructurado, menos lineal, más propiamente web, que lo distancia de las versiones impresas o pdf.

La iniciativa parece que está cosechando algunas críticas adversas, por cuanto Elsevier estaría intentando vender como futuro algo que técnica y comunicativamente no es tan novedoso. Tal reproche está justificado en parte: es cierto que vende futuro. Pero la empresa holandesa busca adaptarse a sus clientes, no desbaratar el canon clásico IMRYD. No pretende revolucionar, desde luego, el panorama de la comunicación científica, sino fortalecer y conservar sus mercados de autores y lectores, introduciendo los cambios que le permitan mantener o acrecentar su influencia. Creo que hay que juzgar el asunto desde este punto de vista, teniendo en cuenta estas consideraciones:

  • Las comunidades científicas no son tan revolucionarias como se supone a veces, tienden a conservar su sistema de comunicación e investigación, basado en reglas sociales e instituciones muy consolidadas.
  • El cambio propuesto por Elsevier no es un alarde tecnológico, pero es un progreso desde el tradicional artículo científico impreso o en simple texto html corrido. Así hay que verlo, no comparándolo con otras tecnologías o sectores.
  • Aun a pesar de todo, son los primeros, que yo sepa, en avanzar en esta línea, y por tanto se trata de una actuación táctica beneficiosa para el posicionamiento relativo de su plataforma informativa entre los competidores.

Por otro lado, estamos ante un experimento. Es fácil de ver que a los prototipos les faltan incluso prestaciones que se ofrecen en sus equivalentes versiones de ScienceDirect: enlaces a información sobre conceptos incluidos en el artículo a través de NextBio (genes, sustancias, biosecuencias, enfermedades, etc.), prestaciones de exportación de la referencia, análisis de citas, feeds, 2Collab, etc.

Muchos investigadores prefieren y usan habitualmente de hecho las versiones pdf de los artículos (Ay, el pdf). Elsevier les ofrece ahora todas las ventajas de la web para usar esa información (¡sin suprimir, no obstante, por si acaso, el pdf!). La editorial renueva la forma de mirar un artículo, pero no alborotará su propio gallinero.


Guía sobre pagos Open Access

2 May 2009

Leo en Research Information que acaba de salir a la luz en el Reino Unido una guía con recomendaciones sobre el pago de publicaciones científicas en acceso abierto: Paying open access publications charges: Guidance for higher education and research institutions, publishers and authors. La publica la Research Information Network (RIN) y contiene directrices dirigidas a las instituciones académicas que abonan los costes para que sus investigadores den a conocer el resultado de sus trabajos en revistas electrónicas abiertas. La guía incluye también orientaciones destinadas a los propias editoriales, a los autores y a las entidades que sufragan la investigación.

paying1

El crecimiento de la publicación abierta, impulsado por los organismos de financiación de la investigación pública, ha dado lugar a múltiples modelos económicos entre los editores y a una gran diversidad de procedimientos, poco organizados, para articular estos gastos por parte de los centros de investigación. La motivación del documento es, pues, promover una mayor coherencia y sistematismo. Es un texto de carácter práctico, dirigido a racionalizar la gestión del gasto en acceso abierto, a través de unas pautas que son resultado de la coordinación y consenso entre todos los sectores implicados: editores, bibliotecas, gestores, etc.

La guía me parece un documento útil y conveniente, aunque quizá necesariamente poco preciso en muchos aspectos.

  • Se vuelve a poner de manifiesto una vez más el polimorfismo de la comunicación científica, la variedad y complejidad de canales, géneros y modelos de propagación y crecimiento de la ciencia.
  • Los costes de la publicación abierta y su gestión eficiente aparecen como un asunto no trivial; la simplicidad del acceso gratuito requiere de un aparato administrativo, presupuestos y responsables específicos, etc.
  • Es especialmente oportuna la recomendación a las editoriales sobre transparencia en sus modelos de negocio, en sus ingresos por suscripción y por publicación y acerca de cómo fijan unas y otras tarifas y el balance entre ambas en caso de revistas híbridas.
  • No obstante, el mundo de las editoriales y revistas en acceso abierto es a su vez tan heterogéneo que va más allá del marco de la guía, centrada en las publication fees, ya que abarca desde grandes empresas comerciales con opción «autor paga» hasta iniciativas que no cobran al autor porque se financian con fondos públicos, asociativos, mecenazgo, etc.
  • Por otro lado, la curiosa simetría entre pagar cuotas por acceso a contenidos y cuotas por publicación de contenidos, a veces entre el mismo cliente, la biblioteca académica, y el mismo proveedor, una editorial, abre sitio a acuerdos como el de las bibliotecas de la University of California y Springer, un big deal del open access.
  • Sobre la transcendencia de algunos detalles no abordados en la guía, posibles problemas del sistema «autor paga», puede leerse la entrada sobre este tema del blog The scholarly kitchen.
  • Stevan Harnad critica de la guía que las universidades puedan organizar el pago de cuotas de publicaciones abiertas sin que antes establezcan y declaren obligatorio el depósito de su producción científica en repositorios institucionales.

Scribd, autoedición social

8 abril 2009

La información registrada en documentos ofimáticos ha encontrado en Scribd, creo, un buen canal, 2.0, para su propagación, cooperativa y colectiva. Es sin duda un sitio impresionante, conocido por su similitud con YouTube, Flickr o SlideShare, pero orientado a otros contenidos. Nacido hace dos años, crece de forma muy acelerada.

scribd

En Scribd se pueden libremente alojar, difundir y consultar textos escritos y documentos similares, de diferente tamaño y carácter, conteniendo imágenes, números, gráficos, mapas y toda clase de información susceptible de aparecer impresa (libros, folletos, revistas, carteles, etc.) Admite archivos en formato pdf, ps, Word, Excel, PowerPoint, txt, rtf, OpenOffice, etc.

El valor de Scribd está en que, gracias a su herramienta de visualización en Flash, iPapers, permite presentar y manejar los documentos en la web, como los videos de YouTube, sin tener que necesariamente bajarlos y abrirlos en el ordenador propio con el programa correspondiente. De modo que proporciona un sistema de publicación 2.0, cooperativo, con el que se pueden insertar los documentos en las páginas web, así como mostrarlos y usarlos en los navegadores, todo ello de manera bastante flexible. Es decir, facilita al máximo la autoedición electrónica, en entornos web, de documentos textuales y similares.

  • Con Scribd  (y otros sitios parecidos: docstoc, Issuu), el texto puro y duro (y otros géneros concomitantes) se abre paso en el escenario de la información reticularmente generada y utilizada, «social», lo que constituye un importante paso cualitativo. Se completa el panorama.
  • Scribd aumenta las facilidades para que cualquier información pueda publicarse, replicarse y propagarse en la red. Que cualquier texto, sea del tipo que sea, en cuanto a la forma o al contenido, tenga su lugar en la red es notable, contribuyendo a disolver la ya de por sí frágil diferencia entre conocimiento editado y no editado.
  • Scribd aparece como un contenedor versátil y promiscuo, un potente medio para alojar y multiplicar el volumen de la información social y digitalmente compartida, externalizada y virtual. Está asegurado que, al menos, la cantidad crece.
  • La actividad de Scribd puede afectar considerablemente a otras empresas o agentes dedicados a los contenidos, a la forma en que prestan sus servicios, a sus mercados y a sus productos (industrias del libro, prensa, educación, etc.) Ya empieza a firmar acuerdos con editores.

Acerca de la ciencia 2.0

21 febrero 2009

Hace poco se ha publicado un artículo sobre la situación y perspectivas de lo que podría llamarse la ciencia 2.0. Sus autores, miembros del grupo EC3, la caracterizan «a través de sus principales propiedades: la participación y colaboración del usuario así como el libre intercambio de información por medio de aplicaciones web» en el campo científico, por analogía con la web 2.0.

El artículo es breve pero muy interesante y aborda en una serie de apartados los diferentes tipos de aplicaciones de la web 2.0 para investigadores, aportando ejemplos: redes de blogs, marcadores y redes sociales, revistas cooperativas, open data, audio y video-ciencia… Y acaba analizando en qué medida estos servicios son realmente útiles o tienen futuro para los científicos.

Abundando en lo que argumentan con perspicacia en la discusión final, se me ocurre hacer algunas anotaciones:

  • La ciencia ya es y siempre ha sido social y comunicativa; tal vez los científicos no sienten tanta urgencia por disponer de muchos más mecanismos de interacción, a lo mejor hay suficientes…
  • La intensa proliferación de sitios, formas, técnicas y aplicaciones para la distribución y comunicación de contenidos hace que el propio impacto y apogeo de cada uno de ellos se reduzca.
  • La interactividad científico-académica es inter pares, comunitarista, universal, abierta y crítica, pero también ordenada, institucional y meritocrática; una sociabilidad científica distinta será revolucionaria.
  • Las dinámicas de cambio derivadas de los negocios TIC resultan en algunos aspectos muy aceleradas para las estructuras institucionales y organizativas complejas como las de la ciencia.
  • Como en la adopción social de cualquier innovación, la ciencia 2.0 debería aportar excelencia o economía, eficacia o eficiencia, o ambas; a los científicos no les basta quizá con sentirse modernos.
  • La ciencia es crecientemente industrial y cooperativa y muchas utilidades orientadas a compartir recursos o información pueden ser fecundas, pero tal vez no hay tanta prisa por las redes sociales.
  • Como acertadamente apuntan los autores al terminar el artículo, algunos de los desarrollos de ciencia 2.0 forman parte de las estrategias mercantiles por las que potentes editores comerciales (Elsevier, Nature…) se sitúan ante el fenómeno para proteger y promover sus propiedades intelectuales: tratan de ocupar y marcar el territorio 2.0 antes de que lo ocupen otros y puedan desde ahí abrir una vía de agua, una brecha, en sus mercados, como ha sucedido con el open access. Han aprendido y se anticipan.

Muy relacionado, véase además: Torres-Salinas, D. 2008. La edición y las revistas científicas ante la encrucijada 2.0. ThinkEPI.

P.S. 02-07-09: Sobre este tema he escrito también en ThinkEPI esto: Academia y ciencia colectiva.


Springer y BioMed Central

18 octubre 2008
La adquisición de BioMed Central, editora comercial de publicaciones científicas en régimen de acceso abierto, por parte de la gran empresa editorial Springer es una noticia impactante. Podríamos decir, incluso, que es divertida, porque nos rompe los esquemas y porque se abre a un juego de diversas interpretaciones o significados.
  • Un mal pensamiento inicial podría atribuir esta compra a un deseo de liquidar un pequeño enemigo incómodo, para absorber sus potencialidades, antes de que crezca más, al estilo de Microsoft. Aparentemente, diríase que no es el caso, que no se trata de un «abrazo del oso», de una fagocitosis del virus del O.A.
  • La compraventa, entonces, ¿significa de algún modo que el editor convencional da la razón al de acceso abierto y que éste entra plenamente en el corazón de la edición científica o que más bien el de acceso abierto se rinde y disuelve ante aquél? Creo que sólo el tiempo despejará la ambigüedad.
  • Algunos dicen que este respaldo de un editor potente demuestra que el acceso abierto es un modelo de negocio sostenible. Pero ¿sostenible sin más o dentro de un negocio mayor porque no se sostiene solo pero es parte del marketing mix? Literalmente, el CEO de Springer afirma: «…we see open access publishing as a sustainable part of STM publishing and not as an ideological crusade».
  • Sea como fuere, de hecho, acceso abierto y acceso de pago van a ser dos unidades de negocio de una misma empresa, y por tanto aparecen como formas compatibles e integradas de hacer dinero por parte de la misma dirección estratégica, no como dos culturas de trabajo contrapuestas.
  • Springer ya ha sido diligente con el mecanismo Open Choice (artículos en acceso abierto sufragados por el autor) y ahora da otra prueba de reflejos. Tal vez camina hacia el acceso abierto integral. Tal vez, si es menester adaptarse a la sensibilidad de los clientes.
  • Lo único claro es que Springer se ha situado, o sea, se queda con todas las cartas en la mano. No sólo incorpora contenidos y mercados del sector «bio», sino que se coloca el label «pro-O.A.» y amplía su capacidad de maniobra para tomar cualquier dirección que convenga en el futuro.
  • Lo que Derk Haank (el CEO de Springer) se atreve a hacer es probable que tenga seguidores. Tal vez bastantes editores se encarguen a la vez de O.A. y T.A. (Toll Access), en proporciones variables. Alguna broma he leído por ahí de que lo próximo será que Elsevier compre PLoS, con lo que el O.A. terminaría de consolidarse.

Creo, por tanto, que la operación es hábilmente ambigua, propia por su carácter, y no por su tamaño, de los grandes movimientos estratégicos. Y que revela, además, una cierta homología subyacente entre los modelos «autor-paga» y «lector-paga» de publicación científica formal (¿segmentación por selectividad?)

Para acceder a más información o comentarios:


¿Modelo dual de publicación?

18 julio 2008

En relación con el carácter más o menos selectivo de las publicaciones científicas al aceptar artículos y con sus modelos de negocio (resumiendo: «lector paga» o «autor paga»), por lo que leo y lo que veo, me ha dado en pensar que podría estarse creando tal vez una situación dual como la que represento aquí:

Economía de las publicaciones científicas

Muchos autores (Pagan)                                        Pocos autores

–         Selección de artículos          +

Pocos lectores                                       (Pagan) Muchos lectores 

Las revistas y otras fuentes de artículos científicos pueden ser más o menos selectivas al admitir los trabajos de los investigadores. Algunas publican sólo una mínima parte de todos los originales que reciben y evalúan, rechazando el resto. Otras publican casi todo lo que les llega, o prácticamente. Entre ambos extremos hay una amplia gama de posiciones intermedias. El caso es que esa dimensión del carácter selectivo de las publicaciones parece que tiende a crear dos grandes tipos entre ellas, que como tipos ideales corresponderían a los dos modelos de negocio.

  • A la izquierda, el modelo «autor paga», revistas más orientadas a los autores: publicaciones poco selectivas que se dirigen a un gran mercado de autores, quienes pagan por publicar (a través de instituciones científicas, bibliotecas, etc.) Tienen relativamente pocos, o menos, lectores y por tanto una influencia y unos índices de impacto más bajos. Los costes de evaluación y arbitraje son más bien reducidos y los contenidos se pueden consultar libremente en forma de acceso abierto.
  • A la derecha, el modelo «lector paga», revistas más orientadas a los lectores: publicaciones muy selectivas que se dirigen a un gran mercado de lectores, que pagan por tener acceso a ellas (a través de bibliotecas, instituciones, etc., en muchos casos). Los autores que publican son menos, son pocos. Pero la repercusión de los artículos y los índices de impacto tienden a ser mayores. Los costes de evaluación y arbitraje resultan elevados y los contenidos se consultan pagando.

Vengo sosteniendo que existe una tendencia natural de fondo hacia el acceso abierto, hacia la máxima proliferación y propagación de la información científica. Pero tal vez la economía de la selección y evaluación de los artículos conduce por ahora a una cierta lógica bipolar: dos productos distintos para dos mercados diferentes, que se financian maximizando sus clientelas y minimizando sus precios al repartirlos más.

… Porque quizá las publicaciones muy selectivas no se sostienen bien cobrando a los autores (pocos), quienes tendrían que pagar demasiado. Y las poco selectivas se financian mejor a costa de muchos autores (cobrando poco) que de escasos lectores. Un caso particular de las últimas serían los repositorios de eprints: apenas seleccionan y evalúan, tienen costes reducidos, no cobran nada a los autores individuales pero cubren sus gastos a través de corporaciones e instituciones de autores (universidades, asociaciones, bibliotecas, agencias de financiación de I+D, etc.)

Si todo esto fuera así, que no lo aseguro, sería relevante para la articulación de la comunicación científica en el futuro inmediato.


SCOAP3, «big deal» al revés

5 junio 2008

SCOAP3 (Sponsoring Consortium for Open Access Publishing in Particle Physics) es un consorcio de agencias de financiación, instituciones de investigación y bibliotecas u organizaciones bibliotecarias que actúan en el campo de la física de altas energías (HEP), y su fin es promover la publicación en régimen de acceso abierto en este sector de la ciencia. En la actualidad, los miembros de SCOAP3 pertenecen a una docena de países europeos, E.U.A. y Australia. El CERN es también parte muy activa. Ningún organismo español participa, por el momento, en SCOAP3, aunque España es el 9º país del mundo en producción científica en este terreno, con un 3,1 % de cuota de publicación.

Como se sabe, en física de partículas la literatura internacional está accesible de manera muy fácil, en forma de preprints, a través del ya histórico y famoso repositorio digital arXiv, principalmente, así como mediante otros archivos institucionales, etc. De lo que se trata ahora es de que las propias revistas científicas estén también a disposición pública de manera abierta y estable en Internet, con las versiones definitivas de los artículos, como resultado del peer review.

El método que SCOAP3 propone para ello es redirigir colectivamente la financiación que el sector canaliza a los editores bajo el modelo «lector paga» (en forma de suscripciones) hacia un sistema global «autor paga» (dejando abiertos los contenidos), de manera que dicha financiación siga cumpliendo su misión básica, que es sufragar la evaluación o arbitraje de los artículos. SCOAP3 se constituye como una cooperativa de clientes de servicios de publicación, lo contrario a un consorcio de suscripción de revistas. Es otra forma de big deal En sus propios términos:

In this model, HEP funding agencies and libraries, which today purchase journal subscriptions to implicitly support the peer-review service, federate to explicitly cover its cost, while publishers make the electronic versions of their journals free to read. Authors are not directly charged to publish their articles OA. (…) the publishers’ subscription income from multiple institutions is replaced by income from a single financial partner, the “Sponsoring Consortium for Open Access Publishing in Particle Physics” (SCOAP3). (…) Each SCOAP3 partner will recover its contribution from the cancellation of its current journal subscriptions. (…)

Interesantes detalles aparte, como el de que la gran mayoría de los artículos de HEP se publican en seis revistas de cuatro editores (APS, IoP, Elsevier y Springer), con lo que el problema está bien localizado, se me ocurre subrayar algunos aspectos de SCOAP3:

  1. Es una iniciativa corporativa y global para toda la HEP, una comunidad científica reducida, muy integrada y cohesionada a escala internacional, que constituye el mejor ejemplo de big science (macrociencia), con un nivel de coautoría por artículo que llega con frecuencia a cientos de investigadores.
  2. La idea nace con la fuerza de quienes como autores tienen en conjunto en su mano poder imponer un acuerdo con los editores. No se trata de una confrontación o rebelión, sino de que una cooperativa global de autores negocia con los editores una revolución en las condiciones de la publicación científica, contratando sus servicios en concurrencia competitiva.
  3. Es la comunidad científica organizada como consorcio la que asume la representación de todos los investigadores y el patrocinio económico de la actividad editorial. Situada la fuente de financiación a este nivel, se libera del pago individual a los investigadores, y la agregación económica, junto con la negociación a gran escala con los editores, permite prever una cierta reducción en los costes frente a la situación actual.
  4. Es temprano para hacer pronósticos, las pautas de trabajo no son exportables de unas comunidades científicas a otras, y en la comunicación científica reina el pluralismo, la heterogeneidad. Pero la HEP ha demostrado su liderazgo informacional con arXiv o el desarrollo de la propia WWW… SCOAP3 es un movimiento muy organizado que tal vez también ejerza poderosa influencia si se consolida.

El acceso abierto, ¿dañino?

29 May 2008

Raghavendra Gadagkar, un científico que trabaja en el Centre for Ecological Sciences del Indian Institute of Science, en Bangalore, dice en una carta publicada en Nature la semana pasada, así como suena, que el acceso abierto causa más daño que bien en los países en vías de desarrollo. No es que se manifieste como un entusiasta partidario de las publicaciones sufragadas por los lectores, sino que, puestos a elegir, ve aun peor, para los investigadores del Tercer mundo, las que se basan en el modelo «autor paga». 

Para Gadagkar, el funcionamiento del peer review impide que los científicos tengan iguales oportunidades para publicar, en función sólo de la calidad de los artículos. Pero, según él, el sistema de acceso abierto distorsiona aún más las condiciones de equidad, pues los costes de publicación suponen un obstáculo añadido para los autores, que no se puede resolver sistemáticamente con descuentos a investigadores sin recursos, ni trasladando los gastos a las agencias financiadoras. Gadagkar termina diciendo:

[Page charges] … could be disastrous for the underdevoloped world, encouraging people to remain as consumers (readers), rather than become producers (authors) of knowledge. A ‘publish for free, read for free’ model may one day prove to be viable. Meanwhile, if I have to choose between the two evils, I prefer the ‘publish for free and pay to read’ model over the ‘pay to publish and read for free’ one. Because if I must choose between publishing or reading, I would choose to publish. Who would not?

La reflexión de Gadagkar se nutre, desde luego, de una percepción del investigador como esencialmente autor y no como lector de publicaciones, en lo que tal vez no vaya desencaminado. Bajo esa perspectiva, de una manera un poco ruda, si lo prioritario es publicar y no leer, lo que importa no es cómo se publica, sino cúanto cuesta (esfuerzo, tiempo, dinero…) Sin embargo, Gadagkar olvida que al científico como autor también le interesa la difusión, repercusión y acceso a sus artículos, los indirectos retornos derivados.

El planteamiento resulta chocante para la mentalidad occidental desarrollada, dispuesta más bien a favorecer el libre acceso al conocimiento a costa del autor, incluso aunque cueste lo mismo y a los mismos (las agencias financiadoras de la investigación) que la comunicación científica sufragada por el lector. Pero Gadagkar lanza un reproche al paternalismo occidental, lo ve más preocupado de que en el Tercer mundo lean que de que investiguen. La actitud del científico indio es estrecha de miras, pero constituye una llamada de atención y es comprensible en su entorno: pendiente de necesidades básicas, puede prescindir mejor del libre acceso al conocimiento que de publicar. Es una visión diferente de la «brecha digital».

Por mi parte, creo que una mayor accesibilidad o fácil propagación de la información, y también del conocimiento científico, se asuma o no como un imperativo moral, es un fenómeno natural, propiciado por la tecnología, se desarrolle por una u otra vía.


Project Euclid, nuevo impulso

26 abril 2008

Project Euclid es un servicio de agregación y distribución online de publicaciones científicas pertenecientes al campo de las matemáticas puras y aplicadas y la estadística, que funciona desde 2003. Incluye contenidos de pequeños editores, generalmente instituciones o departamentos académicos. Funciona bajo los auspicios de algunas asociaciones científicas: AMS, SIAM, European Mathematical Society y American Statistical Association. Pero cuenta con mecenazgo privado y es gestionado por un operador de prestigio, la Cornell University Library, que también mantiene el repositorio de física arXiv.

Actualmente, Project Euclid distribuye alrededor de 55 revistas electrónicas de unas 30 editoriales. De estas revistas, 11 títulos son de acceso por suscripción, 13 de acceso abierto y 30 de acceso parcialmente abierto. La cobertura temporal de las revistas presentes es muy variable, va desde los últimos años a varias, e incluso muchas, décadas, en algunos títulos. Hay dos revistas publicadas en España: Revista Matemática Iberoamericana y Publicacions Matemàtiques. En total, se habla de unos 90.000 artículos, un 75% de los cuales en acceso abierto. Además aparecen una serie de proceedings y tres series de monografías, con unos 60 volúmenes en total. Los procedimientos de suscripción son muy flexibles.

En Project Euclid las facilidades de búsqueda de los documentos son bastante notables, incluyendo la recuperación por texto íntegro. Las referencias completas de los documentos ofrecen hipervínculos que enlazan con las correspondientes en las bases de datos de Mathematical Reviews (MathSciNet) y Zentralblatt Math. También presentan las referencias citadas en el documento, con enlaces asimismo a dichas bases de datos y a las fuentes de los textos completos (DOI, URL). Además, proporcionan los códigos de la clasificación AMS, palabras clave, etc. A su vez, los contenidos de Project Euclid  son accesibles desde MathSciNet, OAIster, Scirus, otros editores, etc. Admite conexión de referencias mediante CrossRef y recolección de metadatos OAI.

Project Euclid es un sistema muy organizado y eficaz, una auténtica biblioteca de matemáticas, bien integrada en los circuitos de control de la literatura matemática internacional. Reúne de manera cooperativa a pequeños editores y revistas independientes, aumentando su proyección… Sin embargo, sus promotores no se conforman, creen que debe recibir un impulso mayor desde el punto de vista de su alcance público, de su difusión efectiva entre los matemáticos y científicos.

En efecto, la noticia reciente es que Cornell University Library y Duke University Press han firmado un acuerdo para gestionar de manera conjunta Project Euclid. Mientras que la biblioteca continuará encargándose de la infraestructura tecnológica, del archivo y acceso a los contenidos, la editorial universitaria asume tareas de marketing, promoción comercial, gestión de suscripciones, etc., con el objetivo de extender la base de suscriptores y usuarios, de aumentar la visibilidad global de la plataforma.


El caso de Hindawi Publishing

14 abril 2008

Me llama la atención Hindawi Publishing porque se trata de una editorial científica comercial que en pocos años ha transformado completamente su modelo de negocio y ha pasado de funcionar bajo el sistema «lector paga» a hacerlo bajo el de «autor paga». Ahora facilita de manera abierta todos sus contenidos en Internet.

Hindawi es una empresa egipcia, radicada en El Cairo y con sede también en Nueva York, que se dedica a la publicación en ciencia, tecnología y medicina (STM). Se fundó en 1997 y ha crecido con una enorme rapidez, editando revistas nuevas y haciéndose cargo de otras ya existentes. Hoy es responsable de más de 100 publicaciones arbitradas, de todas las materias, con un cierto predominio de la ingeniería. Nueve de los títulos tienen factor de impacto JCR y otros ocho está previsto según la compañía que se indicen en Web of Science este año y el próximo. Hindawi publica algunas de las revistas en colaboración con asociaciones científicas y también tiene dos series de libros. Su política y su desarrollo han sido muy enérgicos.

A comienzos de 2007 Hindawi anunció la conversión de todas sus revistas al modelo de O.A., proceso que había comenzado en 2005, con revistas nuevas o consolidadas. Los artículos se publican sobre la base de una licencia Creative Commons, reteniendo los autores el copyright. Los precios que los investigadores pagan por artículo varían con la revista pero son en general baratos, situándose en una media de 475 €, frente a los 2.000 € que puede significar publicar en O.A. con otros editores. Los gestores de Hindawi reconocen que un entorno social de costes laborales bajos es una de sus fortalezas.

A finales de 2007, Hindawi ha empezado incluso a exportar su modelo a través de un acuerdo con SAGE para crear una plataforma conjunta de edición de revistas científicas O.A., que aún no ha lanzado productos. Pero el catálogo de SAGE incluye 485 títulos…

Hindawi es una compañía joven y relativamente pequeña, adaptable, lo que facilita el cambio al modelo O.A. Pero la empresa no nació con esa filosofía, y algunas revistas no eran títulos nuevos. Ciertamente se trata de una reconversión, que además se ha gestionado como componente o instrumento de un proceso de expansión: de hecho, el crecimiento del catálogo de revistas de Hindawi se ha acelerado con el acceso abierto. Sin duda, en todo esto, es un caso único.

Los gestores de Hindawi explican (Going all the way… [pdf]) que las suscripciones en forma de big deal tienden a agotar el presupuesto de las instituciones y bibliotecas y oscurecen o no dejan hueco a pequeños editores y revistas jóvenes o periféricos. Para desarrollarse, Hindawi tuvo, pues, que apelar a los autores directamente como sustento de su empresa. De este modo, el cambio de modelo de negocio aparece como resultado de una estrategia comercial, más que de una convicción ideológica.

La orientación activa y decidida por parte de editores comerciales O.A. hacia un mercado de autores clientes del proceso editorial podría abrir a medio plazo algunos interrogantes sobre la independencia de la evaluación y arbitraje científicos, no obstante. ¿Un sistema muy volcado hacia la publicación a demanda del autor sería un flanco débil del O.A., o estaríamos sólo ante un nicho del mercado editorial?

Una reflexión colateral: tal vez Hindawi pueda ser interesante para quienes en España anhelan una importante industria nacional de revistas internacionales, un ejemplo de cómo en diez años se edifica una potente editorial en un país alejado de los grandes circuitos científicos.