Las bases de datos del CSIC

9 diciembre 2007

Las bases de datos del CSIC pretenden ser un índice de la producción intelectual publicada en España desde los años 70. Recogen artículos aparecidos en revistas científicas y de forma selectiva en otras fuentes (congresos, series, compilaciones, etc.) Las produce y distribuye el CSIC, un organismo público de investigación, a través del CINDOC y otros de sus institutos y departamentos. Pueden consultarse en línea mediante suscripción, aunque existe una versión abreviada gratuita, las bases de datos de sumarios, que permiten recuperar sólo autores, título de los documentos y datos de las revistas fuente.

Se supone que las bases de datos del CSIC son un inventario de la parte de la ciencia española que se edita en España: un inventario que debe servir para el conocimiento, difusión y análisis de lo publicado en el interior. Nada más, pero tampoco nada menos. No hay, de hecho, otras fuentes de información sobre el mismo particular que sean comparables en alcance, cobertura y detalle.

En ese contexto, para los tiempos que corren, parece que las bases de datos del CSIC están demasiado cerradas y ocultas, que lo lógico sería más bien que operasen en un entorno web de acceso abierto. Sin caer en la demagógica cultura del «gratuismo», no puedo siquiera imaginar que esta obviedad no se le haya ocurrido a los responsables. ¿Habrá dificultades o razones poderosas que impiden abordarlo?

  • Ahora, a diferencia de hace diez años, lo que no aflora con vigor en las pantallas es casi como si no existiese: a lo profundo de la Red, por valioso que pueda ser o parecer, también se le llama invisible. Las bases de datos del CSIC no hacen visible en la Red la producción científica española (emergen más cosas a través de Dialnet, por ejemplo).
  • Sin embargo, es difícil imaginar hoy día la indización de las publicaciones especializadas españolas situada en el terreno competitivo de la industria de la información, como algo con estratégico valor comercial. Parece más bien un objetivo de servicio público, facilitado por razones de interés general, lo que es coherente con la misma historia de estas bases de datos.
  • Cuando tantas cosas se fomentan, incentivan, promocionan y subvencionan, cuesta trabajo creer que la Administración necesite recuperar mediante suscripciones parte de los costes de financiación de dichas bases de datos, a menos que el asunto no se considere en realidad un fin público relevante.
  • Es probable que la mayoría de los ingresos por suscripciones proceda de las universidades y centros públicos de investigación de España, lo que redunda en crear un mercado interior cuyo mayor efecto es restringir el libre acceso y difusión exteriores. Podrían distribuir el coste sin limitar el acceso.
  • Si tantos esfuerzos quiere hacer la FECYT para fomentar la difusión internacional de las revistas españolas, por qué no algo tan sencillo como sufragar la apertura y promoción del principal índice de la literatura científica española, ya que existe.
  • Si se está dispuesto a contratar contenidos internacionales, como se ha hecho con el WoK, en el marco del proyecto BECYT, y si van proliferando en España los archivos y las revistas electrónicas abiertas, por qué no algo tan simple como abrir del todo las bases de datos del CSIC. ¿Se promueve la apertura del texto completo y se cierran las referencias y resúmenes?
  • La apertura en internet de estas bases de datos permitiría integrarlas en pasarelas y metabuscadores internacionales y sectoriales, del tipo TechXtra o WorldWideScience, reduciendo la invisibilidad de sus contenidos y mejorando la proyección de la ciencia española que tanto se quiere proteger.